Antes viajaba siempre con una buena guía, que solía coger en la biblioteca de mi barrio. Compré muchas guías de viaje hasta que descubrí este maravilloso servicio. Al llegar a mi destino siempre me hacía con un mapa de la ciudad y un plano del metro (si tenía red de metro, claro). Así planificaba mis viajes. Sin preocuparme de la tecnología. Desde que existe el roaming y las tarifas más o menos asumibles, me olvidé de la guía, del mapa y del plano. Para ir a los destinos utilizaba la aplicación Uber, si quería pedir un coche o Google Maps o Waze para conocer la mejor combinación de metros, trenes y autobuses. ¿Pero qué pasa cuándo un día falla el roaming? Sí, sí. ¿Hay vida sin cobertura?
Esto me ha pasado en el mismísimo centro de París. Me quedé sin datos. Iba a la desesperada buscando conexión Wifi (como un anuncio de publicidad que ahora se emite en la TV) y hasta nerviosa, ansiosa, con ganas de llorar… Penoso. Luego recordé todos mis viajes hasta la fecha ¿Había tenido Wifi? ¿Había tenido datos? ¿Cómo los hacía entonces? Y recordé que hablaba con la gente, que me socializaba, que me acompañaban hasta los lugares que desconocía, que me aconsejaban de las mejores opciones. Recordé que miraba hacia arriba, no al móvil, que observaba los rostros de los que pasaban a mi lado, que me reía con las escenas que se sucedían frente a mi, recordé el sol brillando en el edificio de la Ópera de París, el ir y venir de sus gentes cruzando semáforos, los olores de las tiendas, tanto la de alta costura, como las de comida rápida. Y aprecié el mundo, la vida… Recordé que yo hasta hablaba ¡francés!
Y no sólo eso, conocí gente nueva. Personas que amablemente me ayudaron a saber dónde estaba, que hasta me dibujaron un plano en un papel, y que me dieron mil soluciones para llegar cómodamente a mi destino. Me olvidé de Instagram, me olvidé de hacer fotos, me olvidé de mirar la pantalla del Maps, pero recuperé y observé la vida. Mi consejo: si vais en autobús, en coche (de copiloto o pasajero), paseando por cualquier pueblo o ciudad… NO MIRÉIS el móvil. La vida es demasiado bella para sentirla solo a través de una pantalla. A mi me hace sentir muy sola. Y esto os lo cuenta Mamitech. No os perdáis este vídeo (mirarlo hasta el final).