Ayer celebramos el Día de la Ciberseguridad. Como te contamos en nuestras redes sociales, Mamitech, estuvimos muy atentas al evento organizado por el INCIBE, el Instituto Nacional de Ciberseguridad. Dividido en dos pabellones, para familias y para jóvenes, fueron especialmente interesantes las ponencias en torno a la identidad digital. En mi caso al menos, me preocupa bastante, sobre todo en el caso de los peques que están empezando a usar las redes sociales ahora mismo. No solo por la cuestión de la reputación, sino por los elementos compartidos que construyen la misma. Teniendo en cuenta la importancia que los adolescentes dan a su imagen social, ¿no te parece una herramienta genial para su educación digital?
La identidad digital, ¿quién eres en la red?
No sé si os lo he comentado alguna vez, pero en el instituto siempre fui “la rara”. En parte porque no entendía ciertas reglas no escritas de mis compañeros. Por ejemplo, que los más populares fueran quienes menos estudiaran. O que la mala educación fuera un valor positivo. O que las relaciones sexuales fueran un deber a una determinada edad. Afortunadamente, no tuve problemas serios de bullying, y pude mantenerme firme en mis ideas. Sin embargo, sí vi cómo otros compañeros cedían a la presión del resto. Por lo que veo en casa y por lo que me cuentan otras Mamitech, sé que esta presión ha aumentado.
Por eso, es posible que aunque alertemos de los peligros de la red, en algunos casos se vean obligados a escoger entre lo que les decimos nosotras y lo que les piden sus amigos. En este sentido, el concepto de “identidad digital” me parece una herramienta estupenda para acompañarlos en sus iniciación en las redes. Es interesante que sean conscientes de que lo que posteen va a configurar su reputación. De que lo que pasa en la red, se queda en la red y que, por tanto, todo aquel que tenga acceso a sus perfiles podrá opinar sobre lo compartido y sobre él mismo o ella misma.
Pregúntale quién quiere ser. En la vida, no solo en la red. Esta pregunta es fundamental, porque internet es una plaza pública en todos los sentidos. Por un lado, es un espacio de diálogo y, por otro, es un escaparate. Por tanto, nos ayuda a construirnos, a encontrar los contenidos y las personas adecuadas para nutrirnos, pero también genera reputación. Por tanto, si quieren ser reconocidos por aquello que son o quieren ser, tienen que ser cuidadosos. Y elegir a sus amistades, en función de sus intereses más hondos.
Asimismo, compartirán archivos que tengan que ver con estos y tendrán mucho más cuidado con los concernientes a su vida íntima. Porque la intimidad es aquello que dedican a las personas que más quieren y con las que se sienten más seguros. De igual manera que no publican en internet su amor secreto, tampoco lo harán con otros asuntos, como la exposición del cuerpo.
En resumidas cuentas, se trata de partir de ese conflicto tan propio de la adolescencia: la necesidad de diferenciarse de los demás y de conocerte a ti mismo. Lo ideal es partir de esa base para comenzar la conversación, al tiempo que le explicamos que lo que hacen en internet también afecta a esa búsqueda de respuestas. Con esta estrategia, será más fácil que se den cuenta de que del mismo modo que él o ella es una persona real, detrás de las pantallas hay otras y que, por tanto, pueden opinar y usar sus archivos como consideren. Lo que les coloca en una situación de riesgo. Por tanto, ejercerán mucho más control sobre los contenidos que comparten.