Según los profesores, Mamitech, los problemas en la escritura son cada vez más habituales en los peques. Como representante de esa generación que aprendió a acortar las palabras al máximo para que los mensajes nos cupieran en un solo SMS, me parece inevitable preguntarme ¿Cómo afectan las redes sociales en la escritura? ¿Y a la capacidad para expresa sus sentimientos por escrito?
Redes sociales y escritura, ¿amigas o enemigas?
Independientemente de la polémica generada por la proliferación de libros escritos por influencers, es cierto que conviven dos elementos: por un lado, tenemos a escritoras consolidadas que justamente han podido a ver su obra publicada gracias a y a ser consideradas autoras de prestigio, gracias a la red; por otro, es habitual ver posts de adolescentes, y no tanto, donde abundan las faltas de ortografía y los errores de redacción, ¿no te parece curioso?
Escribir mal es el nuevo lenguaje
Efectivamente, la inmediatez de las redes sociales ha impactado negativamente en la escritura. Las razones son sencillas de entender. Suelen comunicarse entre ellos mismos, con amigos o personas de su edad, por lo que, al escribir igual, han adoptado esa mala escritura casi como un lenguaje propio, para convertirse casi en una seña de identidad. Además, las redes sociales donde la importancia la tiene la fotografía o el vídeo son sus preferidas, por lo que tampoco leen lo suficiente, ni siquiera en internet.
La escritura ha perdido prestigio
En este sentido, la escritura ha perdido prestigio. Venimos de un pasado reciente en el que el analfabetismo era “obligatorio” para muchas personas. Por ello, esas generaciones han valorado saber y escribir como un privilegio, como símbolo de sabiduría y como una ventana a mejores experiencias. Sin embargo, cuando, por el contrario, la alfabetización ya se ha dado por hecho, son otros lenguajes los que se admiran: cualquiera puede escribir, pero no todo el mundo saber editar vídeos o posar bien en un selfie. Por tanto, son los saberes más inalcanzables los que generan más aspiraciones.
No obstante, llama la atención que en esta democratización de la escritura y de las redes sociales, las escritoras han encontrado un canal para dar a conocer su obra. Parece que antes de las redes sociales, no tenían tanto espacio donde comunicarse.
El formato post y respuesta dificulta el desarrollo de ideas
Escribir de manera eficaz es algo más que no tener faltas de ortografía. Se trata de comunicarse. Las redes sociales y la escritura se llevan mal en esto. Cuando estás en una conversación offline, tienes que dar tu opinión y también argumentarla durante cierto tiempo, para que tu interlocutor tenga elementos para juzgar tu postura. En las redes sociales, la brevedad es imprescindible, así que no tienen necesidad de explicar sus opiniones. Esto se ha convertido también en un problema cuando hablamos de la palabra hablada: cuando quieren explicar algo, los peques recurren cada vez más muletillas como “en plan” “al fin y al cabo”… cuando no saben cómo unir una idea con otra.
Las redes sociales están afectando negativamente a la escritura, aunque muchas escritoras están encontrando lectores gracias a las redes. Quizá esto demuestra que la escritura como medio de comunicación tiene que reforzarse fuera, a través de la lectura y de la propia escritura, por ejemplo, de diarios. Después, podrán usar las redes como una herramienta para comunicarse, para debatir y divertirse, pero sabiendo que el modo de hablar con otras personas en la red es solo un registro y no el único.