La relación de los niños y la tecnología suscita mucha polémica. Los educadores tampoco parecen ponerse de acuerdo. Mientras que unos aseguran que es importante que los pequeños aprendan a manejarse con los dispositivos móviles cuanto antes, otros sostienen lo contrario. Por tanto, los padres no sabemos a quién hacer caso, ¿qué hacemos para acertar? En Mamitech, creemos que nada es blanco o negro. Como ocurre casi con cualquier caso, estos no dejan de ser instrumentos. Es asunto nuestro lo que hacemos con ellos.
Beneficios de los dispositivos móviles para los niños
En primer lugar, es bueno tener en cuenta que cuando nuestros hijos crezcan, el uso del papel en el entorno laboral será residual. Las ventajas en cuanto a espacio, gestión de datos y conectividad de tablets, smartphones o smartwatches son incuestionables en el trabajo. En este sentido, aprender a usarlos resulta tan imprescindible hoy, como nos parece en el caso del lápiz.
No obstante, es cierto: los niños son mucho más que futuros trabajadores, son y deben ser personas felices, pero ¿cómo contribuye la tecnología móvil a su felicidad presente y futura? En el caso del momento actual, sabemos que a ellos les pirra tener a Peppa Pig y compañía en la palma de la mano. Sin embargo, las aplicaciones infantiles son mucho más ricas que el simple visionado de una serie de dibujos animados. Al contrario, incluyen utilidades que despiertan la creatividad de los niños y, por tanto, fomentan una actitud activa, que les permite superar sus propios límites.
Es aquí donde tenemos que incidir. No importa la edad que tengan. Lo ideal es que los ayudemos a buscar sus propios intereses y a desarrollarlos. Es aquí donde los dispositivos móviles para los niños se convierten en aliados incuestionables. Si tu bebé manifiesta atracción por la música, las aplicaciones móviles existentes te ofrecen la oportunidad de mostrarle todos los sonidos del mundo. Serán ellos quienes te indiquen sus preferencias con sus gestos y sus risas. Además, habrás establecido el hábito de la curiosidad y la búsqueda desde pequeño, de manera que cuando tengan más autonomía, los utilizarán con el misma actitud.
La clave está en la educación para los dispositivos móviles
Como veis, no se trata de si son malas o buenas. El quid de la cuestión es acompañarlos y educarlos para usarlos. Recurramos el ejemplo de la televisión, ¿qué hace que una persona la use como fuente de información y aprendizaje y otra como vía para el entretenimiento? La respuesta no está en el aparato, ni siquiera en la programación, sino en su bagaje previo, en sus prioridades y en una educación mediática, que le permite o no discernir entre la ficción, el mero espectáculo y la cultura. No obstante, te recomendamos que sigas estos consejos para velar por su seguridad.
Esto significa que es fundamental que los acompañemos durante su iniciación en la tecnología móvil, con la misma atención que seguimos otros aspectos de su formación. Más allá de sus habilidades técnicas, lo deseable es guiarlos por los contenidos. Con ello, comprenderán que no se trata de una mera reproducción del mundo analógico, que allí pueden experimentar y disfrutar de elementos que están fuera de su alcance. Desde una función de circo, un paseo por un museo o un concierto en la Scala. Todo ello, con la ventaja de poder compartirlo con sus amiguitos y familiares: aprovecha los iconos y aprenderán a socializar en la red antes de aprender a leer.
Así pues, podemos concluir que no hay un mejor o peor momento para presentar a los niños los dispositivos móviles. Todo depende del enfoque con el que lo hagamos. Por ello, en Mamitech encontramos que lo mejor es convertirse en su guía durante los primeros años. No le enseñes a navegar, enséñale a volar, a buscar respuestas y a comunicarse. Por otra parte, no te olvides de procurar que comparta tiempo a diario con otros niños con los que juegue y trabaje en equipo y si tiene tiempo para aburrirse, miel sobre hojuelas.