Papá Noel trajo este año pasado mucha tecnología a la vida de Mamitech. La inversión más destacable hasta la fecha ha sido la Nikon D750. ¿Por qué quería esta cámara? Desde hacía 4 años (el tiempo pasa volando) iba feliz con mi Nikon 5100. No soy una profesional de la fotografía pero desde que estudié ciencias de la comunicación y tuve en la universidad fotoperiodismo, reconozco que el mundo de la foto me apasiona. También he tenido la suerte de trabajar al lado de grandes fotógrafos, viajar con ellos y observar lo que hacían durante 17 años ¡Que no son pocos! He ido aprendiendo de manera autodidacta y con algún que otro curso (a los iniciados de Nikon os recomiendo para empezar los gratuitos para Nikonistas) y también con alguna formación más específica. Para mi la fotografía es pura creatividad. No es plasmar solo lo que tienes delante, es buscar la mejora manera de explicarlo a través de una única imagen. Cada vez disfruto más en ese pensamiento interior con mi cámara en la mano.
Después de cuatro años mi Nikon 5100 se me había quedado muy corta. Conocía bien la cámara pero no me daba todo lo que yo necesitaba. En interiores sin luz tenía que forzar muchísimo la sensibilidad (subir la ISO) y todas las fotos aparecían con un ruido horroroso (que son esos puntitos que hacen que queden borrosas). Además, quería descargar mis fotos en los dispositivos móviles y tenía que hacerlo bien conectando la cámara al ordenador o bien con el accesorio para tarjetas SD que se conecta al Ipad. Todo lento, lento. Imaginaros poder disfrutar así del retoque de una imagen, de compartirla desde el móvil, imposible… Pero la Nikon D750 tiene Wifi y funciona de maravilla. De manera súper intuitiva me hice con él. En el menú opciones buscas la función Wifi y la activas. Te descargas la App de Nikon en el móvil o tablet y desde los ajustes seleccionas la red Wifi de la Nikon. Nada más, súper rápido. Todas las fotos aparecen en tu pantalla y puedes descargar las que quieras. A partir de ahí editarlas, jugar con ellas, compartirlas, etc. En mi día a día para mi trabajo cuando voy a una feria o a una pasarela de moda es genial, rápidamente puedo mostrar qué está ocurriendo en tiempo real a mis lectores.
Luego está el tema de la sensibilidad que antes os comentaba. La Nikon D750 me permite hacer fotos en interiores con escasa iluminación y las figuras aparecen con todo detalle, sin apenas ruido. Es brutal. Luego solo tengo que corregir un poquito la temperatura con Lightroom y algunos parámetros más de luces y color, la foto está perfecta.
Además la Nikon D750 es Full Frame ¿Y esto que es? Aquí os lo explica Mario Pérez, del blog del fotógrafo, un espacio que sigo desde hace mucho tiempo y que os recomiendo a todos los que seáis como yo, apasionados de la fotografía, sin ser profesionales: “En una cámara réflex Full Frame se aprovecha todo el encuadre del objetivo. En ellas, un objetivo gran angular es realmente ‘gran angular’, a diferencia de las réflex de sensores más pequeños donde, debido al tamaño del sensor, los laterales del encuadre se quedan sin cubrir, y un gran angular o un ojo de pez deslucen mucho. Una Full Frame tiene los píxeles más grandes lo cual repercute en menor ruido y mejores fotos a sensibilidades ISO altas”.
En definitiva, estoy encantada con mi decisión. Tardé un año en comprar esta cámara (bueno en pedirla a los Reyes Magos), después de leer todas sus características y comparativas, y estoy muy contenta con los resultados que obtengo de ella en mi día a día. Aquí tenéis la información de Nikon sobre la D750 En otro post os contaré qué objetivos utilizo. Mi sueño es hacerme con el nuevo Nikon AF-S NIKKOR 24-70mm f/2.8E ED VR. A ver si alguien se acuerda de mi para mi cumpleaños.