El desabastecimiento de aceite de girasol, como consecuencia directa de la invasión rusa en Ucrania, está provocando que muchos de los lineales de los supermercados sigan vacíos. De hecho, en algunos establecimientos tuvieron que adoptar medidas urgentes, por su cada vez más frecuente caída del stock, colocando la advertencia de solo dos botellas por cliente. Asimismo, se ha reportado que, en algunas tiendas, que todavía poseían unidades, han llegado a triplicar su precio atendiendo a la ley de la oferta y la demanda. Adquirir aceite de girasol en la actualidad se ha convertido en una misión imposible para la mayoría.
Dentro de este panorama, los consumidores debemos buscar nuevas alternativas. Y una de ellas, la de las freidoras que no necesitan usar aceite, se convierte en una de las más interesantes. Una nueva generación de electrodomésticos lleva un tiempo consolidándose en el mercado. Y no solo nos ayudan con el precio de la bolsa de la compra, ya que también inciden directamente en una mejora sobre nuestra salud. Por otra parte, cocinar de esta manera contribuye a una mejor digestión y está recomendado para aquellos que quieran llevar una dieta de adelgazamiento.
Ya os hablamos sobre estos aparatos en un artículo que encontraréis en este enlace de la web hermana Sanitum. Las freidoras sin aceite funcionan por aire caliente. Su flujo por el interior hace que los alimentos se cocinen de manera uniforme. Su funcionamiento vendría a ser similar al que usan algunos modelos de horno. Además, una buena parte de los modelos existentes en el mercado poseen una gran capacidad, siendo viables a la hora de preparar alimentos para toda una familia. Estas freidoras tienen una mayor precisión de temperatura y tiempo. Y se puede abrir su bandeja en cualquier momento para comprobar la evolución del cocinado. Y, como valor añadido, algunos modelos más sofisticados facilitan el control de sus funciones de forma remota con sus propias aplicaciones para móvil.
Si la usamos habitualmente, notaremos en cuestión de poco tiempo un considerable ahorro. Es más que probable que, cuando se vaya poco a poco recuperando la normalidad en los supermercados, el precio del aceite de girasol tarde en ajustarse a las cifras que había antes de la crisis que se ha producido. O quizás nunca vuelva a los precios anteriores. Por ejemplo, con una freidora de estas características, una sola cucharada de aceite te servirá para cocinar hasta 1 kilo de riquísimas patatas fritas. Y, para terminar, cabe destacar la sostenibilidad de estos aparatos, ya que usan menos consumo energético en los hogares y ayudan a la reducción de residuos de una manera directa.
