Según datos aportados por el portal Internet World Stats, la desigualdad en el acceso a internet y las nuevas tecnologías (TIC) afecta al 52% de las mujeres y al 42% de los hombres de todo el mundo. Esta llamada “brecha digital” se revela como una nueva forma de pobreza y exclusión social, además de vulnerar los principios fundamentales de la igualdad de género. Varias acciones y programas de voluntariado persiguen derribar esta lacra.
La alfabetización digital es la capacidad de una persona para la realización de diferentes tareas en un entorno digital, que es precisamente el ambiente en el que nos movemos tanto en lo laboral como en lo social. Esta habilidad incluye distintas competencias para localizar, investigar y analizar la información, así como la capacidad de crear contenidos y diseñar propuestas a través de los diversos medios digitales. La brecha digital no solamente se soluciona con el aprendizaje y uso de las nuevas tecnologías, sino también con la comprensión de las mismas. Es decir, siendo usuarios activos del contenido digital.
El concepto de alfabetización digital surgió en los 90 para designar las destrezas, conocimientos y actitudes que necesitamos para desenvolvernos en la sociedad de la información que nos rodea. La falta de estas habilidades deriva en la brecha digital, la cual asociamos casi siempre a la gente mayor, pero también afecta a las personas desfavorecidas.
VOLUNTARIADO TECNOLÓGICO
Existen en el mundo distintas redes de voluntariado tecnológico, como por ejemplo Cibervoluntarios, una ONG de ámbito internacional con sede en Madrid. Fue impulsada por emprendedores sociales con el fin de promover el uso y conocimiento de la tecnología como un medio para paliar brechas sociales, incluida la brecha digital. Actualmente cuenta con una red de 1700 cibervoluntarios/as y más de 1000 organizaciones con las que colaboran de forma directa habitualmente. Puedes obtener más información sobre ellos entrando en el siguiente enlace de su página web.
Otro ejemplo similar lo encontramos en Technovation Girl, un programa de voluntariado que participó en la pasada edición de los Premios al Voluntariado Universitario, promovidos por la Fundación Mutua Madrileña. Este programa es impulsado por Power to Code, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como finalidad mejorar el acceso de niñas, adolescentes y mujeres a las disciplinas STEM (acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics), además de fomentar sus capacidades de emprendedoras en la innovación. Puedes obtener más información sobre esta asociación en el siguiente enlace.
Y también es digno de mención el proyecto La Compañía, impulsado por los Departamentos de Ciencia y de Ciudadanía del Gobierno de Aragón. Se trata de una red de voluntariado y mediación digital para mayores de 65 años. El propósito de la misma es la independencia digital de la llamada Generación Silver, formando a las personas mayores para que sean capaces de afrontar los desafíos tecnológicos, a través de herramientas y formación para mejorar sus competencias digitales y moverse con soltura dentro de los entornos digitales. En este enlace se puede consultar el programa que tienen activo en la actualidad y sus distintas acciones.