La actual preocupación por la crisis climática ha hecho que tomen más velocidad, nunca mejor dicho, nuevos proyectos de transporte sostenible. En esta línea nos ha sorprendido esta semana una noticia relacionada con el futuro del transporte por ferrocarril que haría que los viajeros realizasen el trayecto Barcelona-París en tan solo 90 minutos. Y no solo eso, la idea persigue que las principales ciudades europeas estén interconectadas reduciendo al máximo los tiempos de viaje.
Esta noticia está relacionada con el modelo de tren Hyperloop, ideado por Elon Musk en 2013. Sin embargo, no está previsto que haya rutas hasta por lo menos 2030. Se recomienda, por ello, tomar esta clase de anuncios con cierta precaución. Lo que sí que es cierto es la pugna que está llevando a cabo Zeleros, una starup valenciana que busca conseguir las cápsulas que facilitarán viajar a esas velocidades según la idea original de Musk. Este modelo de transporte se basa en la eliminación de la resistencia del aire. La empresa española no es la única, ya que se estima que hasta siete compañías en el mundo están trabajando sobre ello.
LEVITACIÓN MAGNÉTICA
Este tipo de trenes se basa en la fuerza de los imanes, los cuales hacen que las cápsulas no toquen el suelo a lo largo de todo el recorrido. Este método tiene muchas ventajas, y no solo la rapidez que alcanza, sino también lo silencioso y suave que es con respecto a los transportes públicos sobre ruedas. El gran número de imanes que se utilizan producen la sustentación y la propulsión en base al principio de la levitación magnética.
De hecho, ya existen trenes de este tipo en Japón. La mayor velocidad obtenida hasta ahora fue de 603 km/h en la ruta de Yamanashi el 21 de abril de 2015, siendo 15 km/h más rápido que el récord que ostentaba el TGV francés hasta ese momento.
Por su parte, Hyperloop One realizó, el junio de 2017, un segundo ensayo con el tren de alta velocidad Hyperloop One XP-1 alcanzando una velocidad de 310 km/h. Dicha empresa concluyó que, en función de los logros obtenidos, ya estarían listos para entrar en su fase de comercialización.
En pocas palabras, quizás no tardemos mucho en estar desayunando una mañana en la Rambla de Barcelona, para después, en tan solo hora y media, estar en pleno centro de París disfrutando de sus mejores monumentos y gastronomía.