Mamitech, un o una hacker no es solo esa persona que usa sus conocimientos para entrar en nuestros sistemas y robarnos. También es todo lo contrario, es decir, quien evita que otra persona u otra institución consiga invadir nuestra intimidad o la de nuestros peques. De hecho, empiezan a ser más habituales las formaciones y concursos en este sentido. Si hablamos del origen del fenómeno del hacking ético, descubrimos el papel protagonista de una mujer: Jude Milhon, conocida también por el nick o seudónimo St Jude. Esta tuvo el mérito de iniciar el movimiento del cyberpunk, después de formarse a sí misma.
Jude Milhon: una rebelde online y offline
Si algo estamos aprendiendo con este repaso a la historia de las mujeres en la tecnología es que los grandes nombres se han forjado a base de ir contra la corriente. Cuando tienes ese espíritu rebelde, ese ímpetu, lo tienes casi siempre, no solo en un aspecto de tu vida. Es lo que le sucede a Jude Milhon. Nacida en 1930 en la capital de Estados Unidos, participó activamente en la lucha por los derechos civiles de las personas negras. Como muestran películas como El mayordomo, para conquistar la igualdad de derechos entre blancos y negros, muchas personas sacrificaron su propia vida. Por tanto, el hecho de que Milton trabajara en este sentido es un ejemplo inequívoco de su valentía. De hecho, estuvo en la cárcel por desobediencia civil.
St Jude no era una rebelde sin causa. No. Su causa era la justicia y la igualdad. Por tanto, no dudó en formarse. Pero no a la manera tradicional. La universidad se quedaba corta. Comenzó a investigar por su cuenta en el mundo de la programación, hasta el punto que consiguió trabajar como programadora en una empresa que trabajaba con la mayoría de máquinas expendedoras de Mahattan. Pero Jude vivió una de las épocas más apasionantes de la historia: el auge de la cultura hippie en Estados Unidos. Ella no podía vivir de espaldas a una experiencia tan novedosa y tan rompedora con lo que significaba el status quo estadounidense, así que se mudó a las entrañas de la América hippie: Berkeley, California.
Allí, entró en contacto con personas que compartían su pasión con el universo de la cibernética y se centró también en acercar la programación a las mujeres. De hecho, desarrollaron el primer sistema público de red en 1973, denominado Comunidad de Memoria. Además, acuñó el término “cyberpunk” y participó en la fundación de una asociación en defensa de la privacidad digital, fue miembro de Computer Proffesional for social responsability y editora de la mítica revista Mondo 2000. Durante toda su carrera profesional, por tanto, vivió para aproximar a las mujeres a la tecnología, no solo como usuarias sino como creadoras, así como para proteger a toda la comunidad del uso cuestionable de los datos que ofrecemos en la red.
En Jude Milhon vemos, así, las raíces de algunos de los conflictos más candentes hoy en día: el deseo de incorporar a las mujeres al diseño y creación tecnológicos y la discusión sobre cómo compensar privacidad y libertad (de cualquier tipo) en la red. Esto la coloca como la estupenda programadora que fue, sino como una visionaria que supo leer los problemas que el desarrollo de la tecnología y de los medios de comunicación podría traer aparejados.