Hoy es el Día de la alfabetización. Un día que nos recuerdas que hay millones de niños y niñas que no tienen acceso a la educación, que ni siquiera saben leer ni escribir. Cuando hablamos de esto, inmediatamente pensamos en otros países. Afortunadamente, en España todos los niños aprenden a leer y a escribir, así como las reglas básicas de cálculo y otras materias. Sin embargo, quizá la educación en tecnología, el lenguaje computacional, sea una asignatura pendiente en muchos casos. Determinados centros escolares, incluso universitarios, siguen dando clase como si viviéramos en el siglo XX. Esto está abriendo una brecha digital que marcará el futuro de los peques.
Consecuencias de la brecha digital
Sus oportunidades laborales decrecen
Gran parte de las generaciones que están hoy trabajando han tenido que hacer ese proceso de alfabetización en su vida adulta o en la etapa postadolecescente. En muchos casos, sabemos lo mucho que nos costó acostumbrarnos a un programa determinado, a usar la hoja excel, a ser sistemáticos para la base de datos de nuestro negocio o de la tienda en la que trabajamos funcione… Por tanto, nos sorprendemos cuando jóvenes de 20 años, apenas necesitan cinco minutos. Sin embargo, nos sorprendemos aún más cuando una persona de 20 años hoy tiene una relación conflictiva con la tecnología. Dicho asombro se transformará en rechazo dentro de muy poco tiempo. Habremos asumido que aprender con rapidez a usar una herramienta digital es esencial, por lo que quienes no lo hagan, perderán muchas oportunidades de empleo
Tendrán dificultades socialmente
Gracias a mi trabajo, me relaciono con personas de todas las edades. Y me he dado cuenta de algo que en realidad es bastante obvio: nuestra manera de relacionarnos tienen mucho que ver con los referentes culturales que tenemos. Gracias a internet, podemos tener acceso a toda la información y conocimiento que queramos, podemos compartirla y aprender de la gente con la que compartimos. Cuando hay alguien cuya formación está muy pegada al siglo XX, creedme que se nota. Tienen menos recursos comunicativos y menos referentes culturales.
No obstante, en este sentido es importante recordar que no todo vale: que nosotras y las familias tenemos también un papel fundamental para que desde pequeños sepan usar la tecnologíaa para enriquecerse y no para reforzar lo que ya saben.
Dificultades en la formación continua
Una de las exigencias de la inclusión de la tecnología en nuestras vidas es que nos obliga a aprender constantemente. Cuando el cerebro se acostumbra a estar en esta disposición, lo hace para cualquier cosa. En consecuencia, quienes estén familiarizados desde pequeños con la tecnología como herramienta de conocimiento aprenderán más y mejor en todos los ámbitos de la vida. Además, tendrán una actitud mucho más activa en este sentido. Piensa que la educación tradicional consiste en sentarte, copiar y hacer deberes, mientras que el uso de internet y tablets en las aulas tiende más hacia la búsqueda de información y elaboración de proyectos. Para ello, evidentemente, también es necesario que el profesorado reciba la formación necesaria.
Tendrán menos creatividad en la resolución de problemas
A menos que seas un genio al que la creatividad le viene dada, la actitud creativa ante los problemas es también una cuestión de educación y formación. Aunque el lenguaje de la programación tiene sus reglas, tiene las mismas características de un idioma: puedes crear infinitos mensajes. Gracias a la tecnología y a ese lenguaje, pueden dar con infinitas soluciones a un mismo problema. Esto, como decía antes, también se incorpora al resto de dificultades y conflictos. No buscarán la solución sino la que mejor se adecue a las necesidades del momento.
Tal y como hemos dicho muchas veces en Mamitech, tenemos que educarles también para que aprendan a hacer un uso adecuado de la tecnología, incluso mucho antes de que tengan su primera pantalla. Pero, al mismo tiempo, es importante que sepan relacionarse con ella a medida que vayan creciendo, porque esta marcará la diferencia en su futuro personal y profesional. Lo ideal es que actuemos para que sea en su favor y no en su contra.