La tecnología nos ayuda a mejorar nuestras vidas. La nuestra y la de los peques. Pero también es cierto que tenemos que estar muy pendientes de cómo lo usan los peques. Sabemos que están apareciendo problemas de adicción o de uso excesivo de las mismas. Las personas expertas en psicología señalan una idea general para detectar la adicción a la tecnología, juego, o a cualquier sustancia: empieza a preocuparte cuando te impide hacer tu vida con normalidad, pero ¿qué otras señales podemos encontrar?
Cómo saber si mi hijo tiene adicción a la tecnología
Nunca quiere dejar de usar sus dispositivos
Nuestros peques tienen que tener una vida rica y activa. Deberían pasar tiempo cara a cara con sus amigos, hacer deporte, tener alguna actividad extra escolar, jugar… Cuando los niños y adolescentes encuentran dificultad para hacer todas estas actividades sin teléfono o tablet o directamente dejan de hacer alguna de ellas, porque prefieren estar conectado a la pantalla, hay que preocuparse. Lo ideal es racionar el tiempo con teléfono, para que este sea solo una manera más de relacionarse o comunicarse, no la única.
Se enfada con mayor frecuencia
Como sucede con todas la adicciones, su carácter cambia. En primer lugar, cuando no tienen la pantalla cerca, están más irascibles, se enfadan por cuestiones que antes les eran indiferentes. Esto es típico del síndrome de abstinencia. Sin embargo, también se muestran más irritables cuando están usando el teléfono, la tablet, el ordenador… Prefieren estar aislados o inmersos en el mundo virtual, de forma que si les hablas, reciben tus palabras como interrupción, una intromisión en su mundo.
Empieza a perder amigos
Prefiere a los amigos de la red a los reales. Esta es una cuestión delicada y confusa, ya que también es cierto que cuando los peques son diferentes o tienen gustos distintos a los habituales, encuentran en la red una tabla de salvación. Es allí donde encuentra gente con los que sí tiene cosas en común. La clave está, como decía, en el tiempo. Si le gustan los cómics y ha encontrado en internet amigos con los que hablar, pero te das cuenta de que ya no lee, es una señal de alarma. Por otra parte, esas nuevas relaciones tienen que sumarse a las que ya tienen, no restar.
Se aísla de la familia
Está en casa mucho tiempo, pero apenas habláis. Está encerrado o encerrada en la habitación y apenas sale para comer. Incluso, hay veces que quiere llevarse la cena a su habitación. Esta es una de las señales más clara de que no puede pasar sin la tecnología. De hecho, es posible que su adicción sea ya bastante severa. Suele darse muchos entre los chicos y las chicas que disfrutan con los juegos en red. Para evitarlo, te recomiendo que el ordenador esté en el cuarto de estar y no en su habitación. Así, sabrás con facilidad en qué está ocupando su tiempo.
Mienten para usar sus dispositivos
Si tenéis normas sobre el uso de las pantallas en casa, es probable que te mienta para poder usarlas. Por ejemplo, si tenéis estipulado que durante la semana solo se usa para estudiar o hacer trabajos, se inventará mil exámenes y trabajos para que les dejes usar sus dispositivos. Si tienes sospechas de que tu peque puede tener un problema con la tecnología, puedes comprobar de vez en cuando si te está diciendo la verdad con otros compañeros o Mamitech.
Si tomamos estos indicios de manera aislada, probablemente creeremos que nuestros hijos e hijas tienen adicción a la tecnología. Lo ideal es chequear si se dan más de uno de ellos y, sobre todo, empezar a poner normas. En el caso de que la sospecha sea seria, consulta a una persona especialista. Ella te ayudará mejor que nadie.
