La oferta de contenidos digitales educativos es inmensa, así que diferenciar lo que es bueno de lo que no es una tarea un tanto tediosa. A veces, una tiene la sensación de que para encontrar una solución útil, tienes que probar y descartar otras 100, ¿no te pasa a ti, Mamiteh? Y la verdad es que no andamos muy sobradas de tiempo, a pesar de que nos entusiasme la idea de enriquecer la educación de nuestros hijos a través de estas plataformas. Por ello, me ha parecido genial la idea de la creación de un sello de calidad en este sentido.
El cumplimiento con la norma UNE 71362 es sinónimo de calidad en los contenidos digitales
Aunque lo que más nos interesa a nosotras es el punto de vista de los usuarios, es bueno saber que la certificación en esta norma, es garantía de calidad para nosotras, pero también para los educadores. Es decir, si compramos o nos suscribimos a un material con este sello, sabremos que todos los agentes implicados en la educación encontrarán la calidad que están buscando.
Según informa Ana Fernández-Pampillón, profesora e investigadora de la Universidad Complutense, el objetivo de la norma es el de establecer los mínimos que cualquier material educativo debería cumplir.
Los niños invierten mucho tiempo en mejorar su formación, por lo que lo mejor es que lo hagan concentrados en materiales que sean significativos, que estén trabajados y pensados para cumplir con esta meta.
Criterios y herramientas para medir la caridad
Lo más importante de los certificados de calidad son los criterios que se aplican para valorar el producto. Si quieres conocerlos, a continuación te los mostramos:
- Objetivos y coherencia didáctica: se garantiza que el material tiene unos objetivos muy claros y que las unidades didácticas están diseñadas para lograr el empeño. Además, se pide que se incluya una guía que sirva tanto para el profesor como para el alumno.
- Calidad del contenido: por supuesto, se observa que la exposición sea clara, basada en hechos ciertos y actualizados, y sin sesgo ideológico
- Capacidad de generar aprendizaje: recordemos que los contenidos deben servir para generar espíritu crítico y reflexión, de forma que genere nuevas ideas en el alumnado
- Adaptabilidad e interactividad: se mide si es compatible con el conocimiento previo de los peques y si estos tienen las herramientas necesarias para resolver los problemas planteados
- Motivación: es necesario que cualquier material sea capaz de captar su interés
- Formato y diseño: se observa la claridad, la concisión y la organización. Asimismo, se pide que se presenten formatos multimodales
- Usabilidad: en realidad, si se cumplen los requisitos anteriores, el alumnado y los educadores podrán encontrar lo que se busca con facilidad
- Reusabilidad, donde se tiene en cuenta tres aspectos: de contenido, de contexto educativo, de entorno de aprendizaje (presencial, virtual o mixto)
- Interoperabiliad: se preguntan si el material puede usarse en diferentes entornos informáticos
Los expertos que han intervenido en la creación de esta norma, estiman imprescindible la cuestión de la usabilidad. Los materiales con este certificado podrán emplearse en diferentes contextos y sistemas operativos. Teniendo en cuenta la importancia del aprendizaje, señala que debe ser accesible desde cualquiera de ellos, de lo contrarios, estarían sesgando por nivel económico, habida cuenta de que ciertos sistemas son más asequibles que otros.
Aunque la normativa es muy joven, me parece una muy buena idea. Evitamos estafas y filtramos las diferentes ofertas del mercado, lo que implica que las empresas dedicadas a este sector se esforzarán más en crear mejores alternativas, por lo que la comunidad educativa, y sobre todo los niños, nos veremos beneficiados.
