Las vacaciones de verano ya están aquí. Al menos, para los peques. Las Mamitech quizá tengamos que esperar un poquito más, ¿no te ocurre que cuando se acerca el momento de descansar el trabajo se vuelve más tedioso? Para lidiar con este cansancio pre vacacional, te recomendamos que pongas toda tu ilusión en prepararlas. En este sentido, una de los gadgets estrella de las vacaciones es la cámara deportiva. A todos nos encanta usarla cuando estamos en el Parque Acuático, en la piscina, ¡incluso en el parque de atracciones!
Tips para elegir una cámara deportiva
Resolución de pantalla
Es muy decepcionante grabar unas imágenes que en el dispositivo parece perfectas, para darte cuenta después de que están lejos de hacerlo. Para evitar que te suceda esto, ponte un mínimo de 1080 píxeles. Recuerda que lo ideal es editar tus vídeos después, añadir música… para enriquecer el vídeo. Un entretenimiento, por cierto, que también nos ayudará a superar el síndrome post vacacional.
Estabilizar de pantalla
Otra decepción bastante recurrente suele venir con el temblor de la imagen. Vemos a YouTuber con nuestros peques y sus aventuras. La calidad de la imagen es impecable. Solo se mueve con las curvas y los cambios de dirección, pero de una manera muy natural. De repente, nosotras intentamos hacer lo mismo con la familia, y el resultado es un vídeo que no para de temblar, como si hubiéramos rodado el terremoto más grande del mundo. Para evitarlo, asegúrate de que tu Go Pro o cámara deportiva tenga un buen estabilizador.
Vigila la amplitud del diafragma
Quienes estamos acostumbradas a usar los modos automáticos de las cámaras digitales o de nuestros móviles, tendemos a olvidar determinados factores. Cuando usamos una cámara deportiva, no vemos nuestras tomas hasta que hemos acabado. Por tanto, elegir un buen ángulo de visión es muy importante. La clave es la luz. Ten en cuenta que cuanto menor sea la apertura, más luz entrará. En consecuencia, cuanta mayor amplitud de apertura, mejor porque de este modo, podrás usarla por la noche, a contraluz, en un tobogán cerrado…
Modo cámara lenta
El modo cámara lenta es fundamental para una cámara deportiva. Gracias a él, podemos potenciar esos momentos en los que queremos ser separé heroínas o que nuestros peques lo sean. Es una funcionalidad muy divertida. Además, si tenemos buen sentido del humor, también podemos utilizarlo para todo lo contrario. Para caricaturizarnos, para reírnos con nosotras mismas y con el resto de la familia: esa caída inesperada, esa cara de susto, ese grito de miedo… Quedarán ralentizados. Si lo quieres hacer en el proceso de edición, también es importante tener una buena resolución.
Capacidad de almacenamiento y conexión
Muchas cámaras deportivas fallan en esto. Parecen estupendas, las compras, y después de hacer unas poca grabaciones, se queda sin espacio. Algo similar a lo que sucedía con las primeras cámaras digitales compactas. Te invitamos a que tengas muy en cuenta este factor. No queremos estar volcando el contenido todos los días o racionar constantemente la diversión. En este sentido, también es preferible que tenga conexión wifi o bluetooth, o ambas. Gracias a la primera, podrás manejarla a través de una app, además de hacer ese volcado fácilmente. El bluetooth es una buena alternativa para esto último también.
Las diferencias entre una cara cámara deportiva buena y mala se notan mucho. Si estás pensando en comprarte una, piénsalo muy bien. Ten en cuenta lo que necesitas y cuáles son tus mínimos. De esta manera, te asegurarás una poder disfrutarla como la vosotras y la familia se merece ¡Espero que podamos ver algunos de esos vídeos!