A pesar del título, puedes usar esta misma estrategia para acabar con los tuyos, Mamitech. No obstante, es cierto que la ingenuidad de los peques hará que usar la Realidad Virtual contra los miedos sea mucho más eficaz en ellos que en nosotras. Para hacerlo, lo primero que tenemos que hacer es no infravalorar sus sentimientos. Los niños y las niñas son jóvenes, pero son tan personas como los adultos, por lo que su miedo es tan fuerte como el nuestro. Incluso, es probable que sea más intenso para ellos, puesto que la sentimiento de desamparo es más significativa en los peques. Por eso, muchas conservamos fobias que comenzaron en la infancia. La huella que deja en este momento de la vida es mucho más profunda de lo que creemos. A mí me pasa con las camas elásticas, ¿y a ti?
La Realidad Virtual es ideal para combatir el miedo
La Realidad Virtual consiste esencialmente en recrear la vida. Cuando los peques se ponen las gafas, tienen la sensación de que están viviendo aquello que ven. Por eso, cuando hablamos de luchar contra sus miedos, se convierte en un recurso tan interesante. No obstante, precisamente por el realismo de la escena también hay que tener cuidado. De lo contrario, podemos crear un estrés contraproducente, es decir, que incremente la emoción negativa.
Por esta razón, lo ideal es presentar la Realidad Virtual como un juego. Es mejor que nos noten despreocupadas, aunque siempre empáticas. Que estemos junto a ellos ya los va a tranquilizar y que nos vean distendidas también. Saben que nuestra máxima prioridad es su bienestar, por lo que no desconfiarán de nosotras. En este sentido, si, por ejemplo, tienen miedo a los perros, lo mejor es explicarles que al ponerse las gafas en algún momento, verán uno de ellos. Lo ideal es que sea un proceso gradual.
En primer lugar, lo más aconsejable es llevarlos a un entorno agradable, donde se sientan relajados. Más tarde, y siguiendo con el ejemplo de los perros, puede aparecer el sonido de un ladrido lejano. Lo normal suele ser que el peque se acerque a nosotras en ese mismo instante. No te preocupes. No te asustes, a medida que vaya acostumbrándose al sonido, se irá relajando e irá volviendo a notar esos detalles del ambiente que tanto le gustaban.
Más tarde, un perrito juguetón y alegre se irá acercando a él. De nuevo, tenderá a buscar refugio en nosotras. Es ahí cuando la magia de la Realidad Virtual aparece. Al explicarle que no es un perro de verdad, al recodarle que solo es un videojuego, podemos pedirle que lo toque, siempre y cuando esté listo,-incluso podemos recurrir a una pulsera fit que les mida el pulso, algo que nos indicará hasta qué punto está nervioso-. Al acercarse a él, verá que no es tangible, por lo que su miedo descenderá.
De este modo, si repetimos esto con frecuencia, esa asociación de perro y miedo se irá modificando. Su cerebro encontrará asociaciones cada vez más agradables, hasta el punto en que venza su miedo por completo.
En cualquier caso, recordamos que un miedo no es una fobia. Estas son más complicadas de combatir, de hecho, precisan la asistencia de una persona profesional. Pero si el miedo del peque no es aún tan profundo, la Realidad Virtual puede funcionar fenomenal.